Finalmente, la Mesa Ejecutiva de CONADU decidió dar inicio al proceso electoral demorado por la pandemia y reclamado por numerosos sindicatos de base. Sin embargo, este proceso que debería ser celebrado como parte de la vida democrática de una organización se ve empañado por las acciones de una Mesa Ejecutiva que desconoce criterios básicos de la convivencia política. A menos de 24 hs. del Congreso Extraordinario convocado para elegir Junta Electoral, nos encontramos con una situación que es imprescindible hacer pública para el conjunto de las y los docentes universitarios, como resguardo de nuestra propia federación.

Lejos de intentar conformar una mesa de diálogo político que permita encauzar la paridad de fuerzas en disputa (tanto en el Congreso como en el Plenario de Secretarios y Secretarias Generales), la conducción de la Federación llama a un Congreso Extraordinario que adolece de muchos problemas que no son “de forma”, sino que atentan profundamente contra la democracia sindical.

De hecho, la conducción de CONADU definió injustificadamente y desconociendo toda jurisprudencia en el tema, recurrir al Estatuto antiguo, que el conjunto de la Federación decidió modificar hace dos años (noviembre de 2019!!) para que fuese el marco legal de todo el proceso electoral. Se abandonan, de esta manera, reformas sustanciales como la paridad de género en las listas y en la futura Mesa Ejecutiva, la creación de nuevas Secretarías (entre ellas, la Secretaría de  Género y diversidades o la Formación ) y la ampliación del Congreso. Este hecho contrasta notablemente, por ejemplo, con la actitud y decisión que tomó el Confederal de la CGT, que cambió su Estatuto en el día de ayer para su aplicación en noviembre de este mismo año.

Además, la actual conducción de la Federación ha decidido NO REALIZAR los Congresos Ordinarios de Memoria y Balance de los períodos 2019-2020 y 2020-2021. De ese modo no se actualizan padrones y cantidad de Delegades Congresales,  no se incorporan nuevos sindicatos,  no conocemos el uso de fondos durante los últimos tres años y se obtura el debate político sindical correspondiente.

Esta compleja situación es parte de un proceso de precarización política e institucional que venimos denunciado reiteradamente y que tiene en su haber la infundada decisión de impedir que la Secretaria Gremial de la Federación pueda cumplir con el rol para el que fuera electa, su expulsión de Paritarias Locales, y la conformación de un equipo paritario que no demuestra elevar ni defender las demandas que mayoritariamente se acuerdan en los órganos de gobierno de la Federación.

CONADU necesita una nueva conducción que tenga en cuenta a TODAS sus asociaciones de base y su autonomía, que respete los mandatos democráticos y practique una democracia sindical intensa, que haga efectiva la paridad de género y haga valer las decisiones que entre todos y todas tomamos.

CONADU necesita realizar elecciones, pero el proceso electoral debe respetar condiciones básicas para que sea democrático, es decir, para que represente legítimamente a las y los docentes universitarias y universitarios.

La Federación que queremos y el modelo de democracia sindical que defendemos, no puede comenzar con estrategias amañadas. Estas prácticas dañan a la Federación, menoscaban su legitimidad y no contribuyen, sino todo lo contrario, a fortalecer el movimiento y las organizaciones de trabajadores y trabajadoras. La transparencia no puede ser un valor regalado a la oposición al campo nacional y popular, debe ser el piso  de una eticidad política nueva que permita sumar y entusiasmar a cada vez más compañeros y compañeras. Que nadie se confunda: el problema no es la denuncia, sino los hechos.

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